Se dice que la cocina mexicana, es una de las más variadas y
sabrosas del mundo, quienes lo aseguran, son aquellos que su trabajo,
su posición económica o su paladar, les ha permitido saborear
desde el Cous-cous arabe, al kepi, al choukrut (?) alemán, al chop-suey
chino, al ravioli italiano o al Saki-yaki Japonés y antes de recibir
la primer censura, debo aclarar que ignoro como se escriben correctamente
el nombre de esos platillos.
Pero ¿que pasa ahora, acaso El Alacrán, dedicará
sus espacios a escribir sobre cocina?, Nada de eso... Pero volvamos a
lo de la cocina mexicana que es donde tu pensamiento me interrumpió
apreciado lector. Decía que la comida mexicana aparte de variada
es sabrosa, debido principalmente a la cantidad de ingredientes de que
se compone y hoy haciendo comparaciones se me ocurre que la política
en México, es quizá como algún sabroso platillo,
tal vez como el mole poblano.
Cuando algún ciudadano, quiere colarse a los puestos clave en cualquiera
de las diferentes planillas de una elección municipal o una diputación
estatal, federal, se dice que quiere ser el ajonjolí de todos
los moles, es decir se torna o pretende tornarse en imprescindible,
cosa que raras veces consigue, pues generalmente antes de abandonar a
un partido ya anda coqueteando con otro, pero por favor, amable lector,
no hagas comparaciones.
Hay otros que con su presencia le dan sabor al caldo, te imaginas una
campaña política sin recriminaciones, reproches, insultos,
acusaciones, carecería de estilo y de sabor, no hay que ignorar
a los ciudadanos que con su presencia consiguen darle a las campañas
el sabor del vinagre o lo picante del chile manzano, caribe, de árbol
o piquín, otros como el pan, le darán cuerpo al mole y otros
nos harán llorar como la cebolla, , los acarreados serán
como la maizena, que le dá grosor al guiso, las almendras serán
aquellos cuya presencia es indispensable, para darle credibilidad a los
eventos electorales.
Las pasas serían los regidores que estando originalmente en una
planilla, se cambian a otra, por indicativos de su partido o del dueño
del restaurante.
El Jitomate, sería...bueno, ni para que mencionarlo.
El cocinero sería Monreal y mozos de cocina (no pongo el nombre
correcto, por que es muy feo y alguien se puede ofender), serían
un pato, un oso y algún otro animalejo.
El ajo serían los que hasta con su olor agreden, como esos políticos
de nuevo cuño que creen que tener valor es insultar a medio mundo,
esos que confunden las ganas de comer con las ganas de ir al baño.
El azafrán, serán los que solo dan color pero no sabor,
esos que pintan pero no huelen.
Claro que falta el laurel, el oregano y algunos hasta le ponen comino,
ese sabor con el que fabrican el chorizo.
Las tortillas serán los masecos en el banquete organizado
por el IEEZ y ofrecido por Miguel Rivera (Villa), por que el otro Miguel
Rivera (Sánchez), no tiene palabra.